Los primeros diez mil años



No pesan tanto los primeros diez mil años de vida inmortal
como los siguientes milenios en que la madurez te alcanza y
te das cuenta de que haz recorrido centenares de billones
de años luz y caes en cuenta de que no hay nadie
junto a ti, que has dejado atras incluso aquellos que se
cruzaron en tu vida y cuyo camino dejaste marcada con
tu milenaria sabiduria,

Y tu, tan joven siempre, no pesan tanto los años si no
envejeces y notas tu cuerpo mas y mas pesado como el
caminar por todo el universo y sus interminables
dimensiones alternas y darte cuenta que estas solo,
ahora sientes el frio que te muerde los huesos y
sin poder derramar una sola lagrima te preguntas
que pecado cometiste para merecer tan duro
castigo,

Has perdido la cuenta y has olvidado que un dia naciste,
porque en realidad no sabes si naciste o fuiste avandonado
en tu lugar, no te pesan tantos milenios sobre tu espalda
como pesan los amargos recuerdos de la guerra y el dolor
que tus ojos contemplaron al ver la humanidad destrozarse
por avaricia y locura, sientes que te aplasta el peso de
estrellas inmensas sobre tu espalda, sientes que que
quieres morir, pero no recordabas que lo habias intenado
ya,

y tu unico recuerdo recurrente es el de ella, y es
precisamente ella la que provoca que sientas esta inmensa
soledad, el dolor es infinito y tan pesado que sientes
que en verdad terminaras enterrado, y es que el dolor
es inexplicable, porque en realidad nunca te amo,
porque en realidad solo tu la amaste de verdad, pero era
tan joven, tan estupida que se fue tras vanas ilusiones y
te dejo el corazon destrozado y una herida que no se
cierra

no pesan tanto los primeros diez mil años de vida inmortal,
como el darte cuenta que no hay cifra para nombrar tu vida,
para medir cuanto a durado este dolor en tu interior,
y es que has rogado al cielo que la arranquen de tu mente,
de tu corazon destrozado, has pasado desapercibido,
has visto galaxias nacer y llegar a la muerte, y ahora te
ocultas en distintos cuerpos mortales, pretendiendo
tener familia, pretendiendo haber nacido y vivir
una vida mimetizado en las moribundas
multitudes

Olvidaste tu idioma original, olvidaste los idiomas que
aprendiste, pero gritas de rabia mezclada con dolor por no
poder olvidarla, en su estupidez se creyo las mentiras del
oportunista que cosecho todo tu esfuerzo como tenaz labrador
solitario esperando sanar la flor que herida moria bajo el
torrente invernal que aun sigue presente en tu vida. Sabias que
nuevamente sufriria por su inexperiencia, pero el dolor te cego,
pero el frio eterno de tu vida te alcanzo y congelo tu
corazon, alivio momentaneo al dolor profundo de tu mente
de tu alma atormentada por el recuerdo,

te arrancaste las alas para sanar las suyas, y en agradecimiento
se marcho sin decir siquiera adios, te agradecio largandose
con un mortal en mascara de paja, cubierto de espejos,
mientras tu sangre se derramaba sobre el suelo congelado
una lanza invisible te atraveso lado a lado, arrancandola en dos
partes te libraste del suelo al que te dejo prisionero,
la lluvia lavo la sangre que escapo de tu corazon en jirones

no pesan tanto los primeros diez mil millones como la vision
que frente a tus ojos aparecio, era ella buscando tu rostro, asfixiada
por la unica vida que aquel podia dar, la mediocre felicidad y el dolor
de la traicion, pero tu corazon congelado, no respondio, aun enloquecido
por el dolor y la ira, emprendiste el camino, sin rumbo, sin
destino, como tu propia senda, despues de tanto tiempo, aun te duele
saber que nunca oyo de tus labios lo que querias decir cuando en un
segundo te abandono, aun te duele el saber con certeza que
jamas te amo, que solo se alimento de tu unico aliento de vida
lleno de calor, de tu unica oportunidad de ser arrancado a
la vida, ahora, vagas sin rumbo por el tiempo, tus pasos
te han llevado lejos, has visto civilizaciones antiguas, nacer y morir
otras criaturas tocar tu rostro intrigadas, has visto soles que
te ha llevado mil años rodear, y sin embargo,

sigues pensando en ella,
sigues recordando su rostro, sigues sintiendo ese
agudo dolor y la sangre brota nuevamente de tu pecho
herido, despues de diez mil años de años,
la sigues amando a quien casi te hizo mortal.

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